miércoles, 25 de febrero de 2015

Cómo aplicar correctamente el iluminador


El iluminador debe ser un básico de nuestra rutina de belleza, es apto para looks de día, incluso si no vamos maquilladas y sólo buscamos un efecto natural, como para looks de noche más sofisticados.

Los iluminadores consiguen que nuestra piel este radiante y llena de vida, y reduce los estragos del cansancio, la falta de sueño y el estrés. El iluminador no es un corrector, si no un realzador de las zonas que queremos potenciar de nuestro rostro.

Aspectos a tener en cuenta:


  • El tono del iluminador: es importante utilizar un tono de iluminador similar o inferior a nuestra tonalidad de piel, para que nos quede natural. Para las mujeres de tez blanca, es mejor iluminadores de tonos rosados o transparentes con brillos delicados. En el caso de las mujeres de piel más morena, se debe optar por tonalidades más doradas.

  • Formatos: Existen diferentes formatos, en crema, en polvo o en su versión fluida. El modo de aplicación depende de su textura, variando su resultado sobre la piel. En polvo, es mejor aplicarlo con una brocha con el tamaño adecuado a la zona a maquillar. Los de formato fluido, es posible aplicarlos con las yemas de los dedos con pequeños toques. Los formatos en lápiz, son los mejores para resaltar la zona de los ojos.




Lo aplicaremos en zonas estratégicas de nuestro rostro, para agrandar la mirada, elevar los pómulos o  crear ilusión de una boca más carnosa.

Aplícalo en el exterior del lagrimal y en el arco de la ceja, así conseguiremos ampliar la mirada e incluso provocar el efecto visual de levantamiento de párpado.

Extiéndelo en la zona más elevada de los pómulos.


Aplica un leve toque en la base de la nariz, la barbilla y el labio superior, denominado arco de cupido, para dar la sensación de labios carnosos.

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